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Para Stefano Pogutz, un profesor de gestión de medio ambiente de la Universidad de Bocconi en Milán, los planes de inversión en políticas ecológicas de China son mayores que los llevados a cabo en Estados Unidos y en muchos otros países industrializados.

Los resultados de la cumbre del G-8 sobre cambio climático deben preparar el camino para la reunión de la ONU en Copenhague en diciembre, que tiene el objetivo de sellar un acuerdo mundial para limitar las emisiones de gases productores del efecto invernadero.Con base en el acuerdo marco de cambio climático de la ONU y en el Protocolo de Kyoto, China no está sujeta a reducciones obligatorias de emisiones de CO2.

Sin embargo, China ya está contribuyendo por su cuenta al combate del cambio climático a través de una serie de iniciativas destinadas a frenar las emisiones de carbono, tales como disminución de los niveles de consumo interno de energía y el lanzamiento de proyectos de monitoreo del tránsito y del transporte.

"No estoy de acuerdo con quienes creen que China es responsable de la contaminación mundial", dijo Pogutz. "China está haciendo bastante, existe una intervención pública directa en las medidas destinadas a combatir el cambio climático. El gobierno chino ha incrementado las inversiones en tecnologías e infraestructuras para incrementar la eficiencia energética y las emisiones de CO2".

Luca Labella, un analista de China del Centro de Estudios Internacionales de Roma, recordó los numerosos proyectos ecológicos locales aplicados en China, tales como los autobuses que funcionan con gas licuado de petróleo (LPG) en Shanghai y el combustible de biomasa de poblados rurales.